PARA LEERTE MEJOR: La chica mecánica de Paolo Bacigalupi

Título: La chica mecánica

Título original: The windup girl

Autor(a): Paolo Bacigalupi

Editorial: Plaza & Janés




   Me llevó bastante tiempo leer esta novela, no porque fuera larga (que lo es), sino porque nunca encontraba el tiempo. Empezaba a leer, avanzaba unos capítulos y después podía pasar una semana o más hasta que lo agarraba de nuevo. Creo que eso hizo que me costara un poco seguir con atención el hilo narrativo y empatizar con los personajes un tanto. Dicho eso, a la reseña.
   La novela me pareció hermosa y perturbadora. Situada en el Bangkok de un futuro lejano, la tierra ha pasado por catástrofes naturales, muchas de ellas causadas por el hombre. Hay una gravísima crisis alimentaria producida por plagas inventadas por el compañías que se dedican a la manipulación genética de seres vivos del planeta. Nada se salva, virus, bacterias, plantas, animales, seres humanos. De esta manera estas compañías tienen a su merced a la humanidad: son productoras de semillas transgénicas de los alimentos que necesitamos para vivir, inmunes a las plagas que ellas mismas crearon y que son estériles, no se pueden reproducir. De esta manera tienen cautivo al mundo entero menos a Tailandia, que ha sobrevivido, plagas, guerras, crisis económicas y políticas.
   El secreto tailandés es un codiciado banco de semillas de todo tipo de especies sin modificación que mantiene alimentado e independiente al reino. Sin embargo la realidad sigue estando lejos de ser paradisíaca. Distintas facciones políticas están enzarzadas en una lucha de poder a punto de estallar, cambiando para siempre el destino del reino, de la ciudad y de todos sus habitantes que se encuentran tratando de resistir para sobrevivir. Emiko, un neoser abandonado a su suerte en un ambiente que le es hostil, repudiada donde va; Anderson Lake, un empleado de AgriGen, una empresa de semillas transgénicas que usa Springlife, una fábrica de percutores como pantalla para ocultar su verdadera misión: obtener acceso al banco de semillas; Jaidee, el tigre de Bangkok, trabaja para el Ministerio de Medio Ambiente con pasión para defender al reino de los intereses de las multinacionales; Kanya, una mujer con secretos que trabaja para Jaidee; Hock Seng, un tarjeta amarilla, refugiado de etnia china que logró sobrevivir de las purgas raciales de su Malasia natal e intenta salir a flote en Tailandia trabajando para Anderson; todos ellos son personajes complejos, no necesariamente agradables, pero sí conmovedores en su lucha denodada por sobrevivir, por encontrar un sentido a una vida en un mundo devastado y a punto de estallar nuevamente. La brújula moral que guía sus acciones está significativamente marcada por sus luchas, por sus historias, lo cual los deja a la deriva intentando encontrar una dirección, rogando por haber hecho lo correcto, si no el sentido trascendental, al menos para ellos, para  no morir. 
Paolo Bacigalupi
   Si bien la novela se llama La chica mecánica y la contratapa parece indicar que el centro de la novela es el encuentro entre Emiko y Anderson, en realidad se reparte bastante uniformemente entre un grupo de personajes. Sí es cierto que Emiko y Anderson, su encuentro y el desarrollo de su relación mueve la trama en la dirección en la que termina llendo, pero ciertamente no se trata de una historia de amor. Tampoco creo que la relación en sí sea tan importante como la cadena de eventos que desata. Recién pude enganchar con la historia de Emiko hacia la mitad del libro, de hecho. Creo que Bacigalupi hizo un trabajo extraordinario con la construcción de los personajes de la novela, porque, aunque lleva un tiempo entender quiénes son y hacia donde van, realmente son coherentes y muy humanos, tanto en sus defectos como sus virtudes. 
   Otro elemento maravilloso de la novela es la puntillosa construcción del mundo. No solo que es tan detallada que parece extremadamente verosímil, sino que es suena como un futuro posible. Todo el tiempo estamos escuchando avances que en lo personal encuentro problemáticos en el campo de la ciencia biomédica y genética. Los límites del mundo conocido se difuminan y se ponen en crisis todo el tiempo. Ya comemos verduras y frutas modificados genéticamente, es una realidad. Los límites entre la vida y la muerte, entre lo natural y lo creado en un laboratorio se hacen cada vez más frágiles y no sé si estamos preparados para entender qué significa esto para nuestras vidas. Tampoco tenemos el tiempo de pensarlo creo, con la velocidad a la que todo sucede. Eso sin hablar del futuro de los productos derivados del petróleo y los cambios climáticos, que también constituyen parte del paisaje del futuro que pinta el autor. Son preguntas que ya están en circulación y que el día de mañana estarán aún más, en la medida en que estas cuestiones irrumpan en nuestras vidas diarias. Creo que eso es lo que la hace una novela perturbadora. 
   Creo que lo que más me gusta del libro es que no plantea respuestas, sólo preguntas. Ningún personajes es totalmente bueno ni malo, hacen lo que creen mejor, en en muchos casos, lo que pueden. El final es un final que no contesta todo, sólo sugiere posibilidades. Me gustó muchísimo el final, me pareció conmovedor. Llegado a ese punto me hubiera gustado que existiese un secuela, para saber cómo sigue la historia, pero hasta donde yo sé no existe ninguna. 
    Una novela bellísima, conmovedora, que reflexiona, pregunta, te causa escalofríos y te deja pensando. Quizá por eso ganó una miríada de premios (el Nebula, el Campbell Memorial, el Hugo, el Compton Crook y el Locus). Una delicia. 

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